sábado, 15 de noviembre de 2008

Monocromo


Ahí yacía... sentada, callada, real, bella, con sus ojos brillantes y vergonzosos, cabeza gacha; incómoda, disociada... un viejo álbum de fotos en sus manos, su vieja casa de la niñez, algo que la amarra hasta el día de hoy ¿una herida aún abierta? ¿una mala despedida?

Rompe su silencio junto con limpiarse las lágrimas, rechaza la contención ante su pena, no quiere sentirse mal, como si el expresar las emociones necesariamente tuviera que pasar por la deliberancia de su mente. Se endereza, cierra el libro y dice "mejor hagamos algo entretenido, no quiero estar más así"

Te amo pigsita

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